INTRANT aplica pares viales para mejorar la movilidad tras la realización de estudios y como desarrollo de sus planes
Viernes, 13 Diciembre 2019
Esta medida de reordenamiento urbano busca unificar el sentido de circulación de las calles y avenidas de cara a favorecer la movilidad ciudadana, incrementando la fluidez del tráfico, reduciendo los taponamientos y reduciendo la siniestralidad vial.
Sin duda, tras la reducción de los accidentes de tránsito, con todas las consecuencias que ellos traen, el mayor empeño del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT), que nos toca el honor de dirigir, se centra en la mejora de la movilidad terrestre. Y si me permiten explicarles, el motivo es sencillo: el crecimiento económico y poblacional de nuestro país, que tiene su reflejo en el propio incremento del parque vehicular, genera los desgraciadamente conocidos “tapones” o congestionamiento y determina la necesidad de adoptar medidas de movilidad urgentes que ayuden al ciudadano a desplazarse de forma fluida y sostenible, a la vez que segura.
En ese sentido, para trabajar en esta línea, una de las primeras acciones que se están desarrollando es la mejora del transporte público de pasajeros. Sin embargo, debemos ser conscientes que, en algunos casos, esta decisión requiere destinar grandes inversiones y asumir elevados tiempos de construcción (como es el caso de proyectos como el Metro de Santo Domingo y el Teleférico). Y aunque para mejorar la movilidad, el mundo de la ingeniería ofrece un abanico de soluciones tecnológicas adaptadas a las necesidades particulares de cada entorno, en muchas ocasiones, los mayores logros se consiguen con soluciones sencillas.
Ahora bien, sean cuales sean las soluciones, estas han de estar basadas en rigurosos estudios de campo, que permiten obtener datos acerca de la densidad de tránsito, las franjas horarias donde existe mayor demanda y ocupación, así como un largo listado de otras variables.
Para implementar estas soluciones, contamos con el apoyo de la ciudadanía, consciente de sus problemas de movilidad diaria, ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de reordenar la circulación. Según los resultados de diferentes encuestas impulsadas por el INTRANT. Sabemos que la población de Santo Domingo tarda más de una hora en cada viaje, y también se ha puesto de manifiesto que el 94.6% de los encuestados estarían de acuerdo en “realizar estudios para una reordenación urbana sobre el sentido de la circulación de las calles”. Permítanme entonces que haga la siguiente reflexión sobre la movilidad: Al final el tránsito es como un rompecabezas, en el que tenemos que encajar piezas procedentes de la infraestructura, fundamentalmente de las características de las vías existentes, con otras variables como son los vehículos que por las mismas transitan. De este modo, antes de tomar cualquier decisión, debemos estudiar cuáles son las direcciones más adecuadas, los tiempos de los semáforos más eficientes, y todo aquello que permita conseguir una mayor fluidez, mediante la oportuna implementación de cambios físicos, la ordenación y la regulación.
Es por ello, que durante un primer momento el INTRANT ha realizado numerosos esfuerzos para llevar a cabo los referidos estudios de campo y la explotación de los mismos, ya sea con sus propios medios, o gracias a la ayuda de instituciones internacionales, como es el caso de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), a quienes le tenemos un especial agradecimiento por haber contribuido con el proyecto ‘Mobilise Your City’, con fondos no rembolsables de la Unión Europea, que tuvo como objeto la elaboración de un Plan de Movilidad Urbana Sostenible para el Gran Santo Domingo, el cual presentamos a mediados de junio pasado.
Habiendo dicho todo lo anterior y volviendo a las soluciones concretas y viables que tengan resultados para los que no haya que esperar tanto tiempo, la comunidad científica ha puesto de manifiesto que la implementación de los conocidos “pares viales” es una solución tan sencilla como efectiva, que permite descongestionar el tráfico en áreas urbanas densamente pobladas con niveles altos de congestión de tráfico como es el caso del Gran Santo Domingo.
Pero, ¿qué es un par vial y cuáles beneficios aporta?A grandes rasgos, podríamos decir quA grandes rasgos, podríamos decir que un “par vial” es una medida de reordenación urbana que busca unificar el sentido de circulación de las calles y avenidas de cara a favorecer la movilidad ciudadana.
Se trata, por tanto, de suprimir las calles y avenidas de doble dirección y transformarlas en vías de dirección única, de tal modo que el tráfico de retorno se desvíe por las calles paralelas.
Los grandes beneficios de esta medida se fundamentan en dos aspectos fundamentales:
Un incremento en la fluidez del tráfico, reduciendo los “tapones” como consecuencia de una reducción en los movimientos vehiculares posibles.
Una reducción de la accidentalidad vial como consecuencia de unos itinerarios menos peligrosos por tener menos probabilidad de que se den conflictos.
Desarrollando los citados beneficios, puedo afirmar que en el corto y mediano plazo se consigue una descongestión vehicular, un acceso más fácil a las zonas más céntricas de la ciudad, un aumento en la capacidad de las intersecciones y una reducción notable del número de accidentes. Además, los comercios actualmente perjudicados por los embotellamientos van a ver cómo ese mismo tráfico se va a desviar apenas unos metros de su negocio (de hecho, circulará por las calles paralelas), e incluso podrán ver un incremento de sus ventas si se integra el concepto de “movilidad integral” (es decir, que durante la fase de diseño del par vial se consideren todos los modos de transporte, tanto motorizado como no motorizado, en igualdad de circunstancias). Desde el punto de vista de la seguridad vial, se consigue erradicar de forma inmediata las colisiones frontales entre vehículos (que en el caso de nuestro país con tantas motocicletas es especialmente importante por lo que supone el choque entre éstos y los carros que tienen una gran diferencia de masa, lo que trae graves consecuencias), así como reducir notablemente los choques y atropellos provocados por giros temerarios a la izquierda. Por su parte, el posible incremento en la gravedad de los atropellos, puede verse sencillamente minimizado mediante medidas de calmado de tráfico, de tal modo que se consiga una reducción global de las tasas de muertes y fallecimientos en nuestras ciudades. Por último, y no por ello menos importante, desde el punto de vista de la sostenibilidad, se consigue una reducción destacada en los consumos de combustible y emisiones de CO2, que junto con el tiempo perdido de tantos dominicanos en el tráfico, constituye también un beneficio económico.
Todo lo dicho hasta ahora puede ser potenciado mayormente mediante una eficiente sincronización semafórica, que favorezca un movimiento de vehículos mucho más fluido sin estar demasiado tiempo parados y sin que se den constantes arranques y frenadas, cuestión esta en la que también estamos trabajando, como tendré la oportunidad de explicar de forma más extensa en su momento, con el proyecto que hemos iniciado de mejora y ampliación del Centro de Control de Tránsito para el caso del Distrito Nacional y el Gran Santo Domingo, al igual que también pretendemos implementar en otros municipios.
Asimismo, hay que considerar redefinir las vías en función de la posibilidad de que en las mismas se pueda parquear, tanto en un lado como en ambos, ya que ello influye indudablemente en su capacidad y consiguiente fluidez.
Veamos ahora los argumentos a favor y opiniones en contraCon todo soy consciente de que no todas las opiniones son a favor, sino que las hay en contra, y las puede haber mayormente en un primer momento, producto del desconocimiento y de la no creencia en que la solución sea acertada, como es el caso para ciertas personas del sector Naco del Distrito Nacional, donde hemos iniciado los cambios viales de circulación conjuntamente con la Alcaldía y la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (DIGESETT). Así, pese a la abrumadora respuesta de la ciudadanía a favor del reordenamiento vial, son muchas las personas que afirman la existencia de un incremento en el riesgo de accidentes asociados a la implementación de este tipo de vías, principalmente por motivos de confianza del conductor, que le hacen adoptar conductas riesgosas. De hecho, es fácil encontrar opiniones y evidencias que avisan del mayor riesgo de atropello al peatón, principalmente como consecuencia de un aumento generalizado de la velocidad de circulación y de un incremento generalizado del número de carriles que deben atravesar durante el cruce. Sin embargo, diversos estudios y experiencias han puesto de manifiesto que el que número de atropellos tiende a reducirse, pues el peatón únicamente tiene que preocuparse por vigilar el tránsito circulante en un sentido de circulación. Otras afirmaciones en contra, por otra parte, también refieren un supuesto descenso en el comercio de las calles afectadas, principalmente como consecuencia de un descenso en el nivel de tráfico a determinadas horas del día. Sin embargo, experiencias internacionales han puesto de manifiesto que los embotellamientos generados en las calles de doble dirección, también generaban rechazo sobre los usuarios, obligando a cerrar a muchos comercios ubicados en este tipo de calles. Asimismo, existen opiniones que denuncian un perjuicio para la movilidad del ciudadano, pues se incrementan las distancias de desplazamiento y se dificulta la circulación para quienes desconocen la ruta, pero particularmente, este efecto negativo está demostrado que está muy limitado a un primer corto momento desde el punto de vista temporal. De hecho, son diversas las experiencias internacionales que han puesto de manifiesto que en las primeras semanas desde su puesta en servicio, también se generan grandes embotellamientos en las vías afectadas. Sin embargo, no tienen en consideración que esto es un proceso lógico motivado porque los ciudadanos no pueden cambiar en unos pocos días los recorridos a los que estaban acostumbrados durante años, y que en pocas semanas los usuarios entenderán el funcionamiento de los nuevos pares viales y se percatarán de los beneficios que aportan.
Entonces, ¿Qué proponemos, desde el INTRANT para solucionar estos problemas?Siendo conscientes y conocedores de los referidos problemas iniciales, también estamos trabajando para poder “atacar” las problemáticas planteadas. Para ello, se deben implementar medidas complementarias que ayuden a reducir el impacto negativo de los pares viales.
Por lo pronto, de entrada, debe existir un compromiso firme para llevar a cabo estudios de movilidad serios que justifiquen la decisión, pues la literatura científica ha puesto de manifiesto que no existe una solución “única” ni “general” a los problemas de movilidad de una ciudad, sino que cada entorno urbano requiere sus propias soluciones particulares en función de parámetros tan dispersos como la longitud de las calles o el nivel de congestión, y como expliqué al principio, eso se está haciendo, y los recientes cambios de circulación vial en Naco son la mejor evidencia de ello. De este modo, una vez tomada la decisión, debe existir un nuevo compromiso para llevar a cabo una intensa campaña informativa donde se ponga sobre aviso a los ciudadanos de los cambios en la circulación que se acometerán, tanto en las vías principales como en las arterias alimentadoras de estos pares viales. Solamente así se conseguirá reducir al máximo los primeros incidentes debido al desconocimiento de la población, cuando entren en servicio los nuevos reordenamientos y consecuentemente, es por ello que vamos a seguir trabajando en este sentido. Del mismo modo, debe existir un compromiso para implementar medidas encaminadas a reducir los nuevos conflictos viarios que se produzcan por el exceso de confianza del conductor. Para ello se deben aplicar medidas de calmado de tráfico y se debe prestar una especial atención a la seguridad y comodidad de los usuarios vulnerables. Precisamente por ello, desde el INTRANT tenemos el compromiso futuro de llevar acciones en esta línea, si las condiciones de la vía lo permiten, y una vez hayamos mejorado el transporte público. Concretamente, se plantearán en cada caso actuaciones complementarias acompañados de las alcaldías, como la reducción del número de carriles destinados al tráfico vehicular privado motorizado en las zonas más céntricas (por ejemplo, recreciendo el ancho de las aceras o destinando ciertos carriles a ciclovías o transporte masivo). Estos hechos, además, no cabe duda que redundarán positivamente sobre el comercio instalado en las calles afectadas.
Todo ello en la línea de transformar nuestro entorno y conseguir que las ciudades sean, precisamente, para los ciudadanos, que como he repetido en innumerables ocasiones, es uno de nuestros empeños y el legado que le tenemos que dejar a futuras generaciones de dominicanos. Con todo lo expuesto, y pese a que soy consciente de que el éxito de esta medida no se consigue de forma inmediata, tengo la firme convicción que debemos trabajar en un nuevo modelo de ordenación urbana que alivie los problemas de transporte en las calles de nuestras ciudades, al mismo tiempo que ayude a conseguir uno de los principales objetivos que perseguimos desde la institución que tengo el honor de presidir: la reducción de la alta tasa de accidentalidad de nuestro país.
Claudia Franchesca De los SantosDirectora Ejecutiva del INTRANT